“Yo no quiero ir con ningún doctor, yo no tengo porque ir con un doctor yo estoy bien,no estoy enferma” Pensó Estephy acostada en su cama, con una cajita de pañuelos ya casi vacía al lado de ella.
-¿Qué te pasa? Dámelo es mío- dijo David gritando.
-Espera, es que no se lo que te pasa siempre me dejas leerlo- dijo Catey.
-No, pues esta vez no. No lo vuelvas a agarrar.- respondió David poniendo el diario sobre su escritorio.
-Sabes, últimamente te as comportado muy extraño no se que es lo que sucede contigo. Ya me voy buenas noches.-
Catey solo salió del cuarto y cerro la puerta. David pudo escuchar como bajaba las escaleras y le decía adiós a su madre, dándole la explicación de su repentina despedida.
“Ahora resulta que soy yo el que esta cambiando, ella era la única que solía comprenderme, ahora ni siquiera tengo a alguien en quien confiar.” pensó David.
En momentos como esos lo único que podía animarlo era un buen chocolate caliente con malvaviscos, eso era el mejor remedio para aquellos días en los que la tristeza reinaba el ambiente.
David bajo a la cocina tomo una taza y la lleno de leche, después vertió una exagerada cantidad de chocolate en polvo, lo mezclo todo y lo metió al horno de microondas 1:30 min.
-¡hmmm! – exclamo David, con la nariz a unos cuantos centímetros de la taza, saboreándose esa deliciosa cura a sus problemas.
Abrió una bolsita con bombones y los sumergió en su leche achocolatada. Subió a su habitación y cerro la puerta.
Solo hubo un problema, tanta azúcar le impidió conseguir el sueño.
A la mañana siguiente Estephy amaneció con un par de ojos hinchados y ojerosos y un sesto de basura repleto de pañuelos desechables. No quería pero se tuvo que levantar de su cama para ir al colegio.
-Hola Ash, ¿Cómo estas?- pregunto Estephy al intentar conseguir platica con su compañera de autobús camino al colegio.
-Bien ¿y tu?- devolvió la pregunta Ashley solo para ser cortes aunque en realidad no le importaba mucho.
-me siento un poco cansada la verdad es que no dormí mucho y ayer no fue un buen día- respondió Estephy muy contenta, pues normalmente siempre le tocaba sentarse sola, y no hablaba con nadie. Pero como esta ves la compañera de asiento de Ashley Woodgras, su mejor amiga Danielle no había ido al colegio, Ashley se tuvo que sentar sola. Para su mala suerte le toco sentarse con Estephy.
-A si, me contaron el problema que tuviste ayer en el colegio- dijo Ashley Woodgrass con una voz fría y cruel.
-¿Qué, de que hablas Ash? No, el problema fue en mi casa con mi mamá. En la escuela todo excelente- Estephy guiño un ojo y le regalo una sonrisa.
-Si seguro. ¿Estephy te puedo pedir un favor?- pregunto Ashley.
-Si, si claro lo que quieras-
-No me llames “Ash”, eso solo lo hacen mis amigas- dijo Ashley Woodgrass con la única intención de herir los sentimientos de Estephy.
-Esta bien, no lo hare- le dijo Estephy con una ligera sonrisa.
La cara de asombro de Ashley fue muy notoria, pues sus intenciones no tuvieron ni el más mínimo resultado, al contrario la reacción de Estephy fue muy distinta a la que Woodgrass se imagino.
-¡Ahhh!- suspiro Estephy.
-¿Que te pasa? Pregunto Ashley, ya resignada a tener un silencioso camino al colegio.
-Mira quien esta entrando-
Ashley volteo los ojos hacia la entrada del autobús.
-No me digas que te gusta Darren Benette- dijo Ashley con una sonrisa que transmitía sarcasmo y maldad.
-A quien no, es el chico mas apuesto, atractivo, fuerte, deportista, popul…-
-Bueno si ya entendí que te gusta- la interrumpió Ashley
-Pero Estephy por favor vete quien se va a fijar en ti, nadie y mucho menos Darren Benette el capitán del equipo de natación y el chico mas popular de toda la escuela, pero tranquila se vale soñar ¿No?- dijo Ashley ahora siendo mas cruel que nunca.
Estephy no dijo nada solo se quedo callada, mordió su labio y decidió dejar de hablar con Ashley, pues no quería empezar mal su día.
Ya había llegado al colegio, era una mañana fría y oscura. Una de esas mañanas en las que Estephy desearía haber estado acostada en su cama viendo aquel programa en el que solo hablaban de la vida de los famosos, criticaban el modo en el que se vestían, y se peinaban y también daban recetas de cocina fáciles y rápidas. Lastima era día de escuela y ya nada se podía hacer.
Estephy no podía parar de pensar, en como hacer para que Darren Benette por lo menos la volteara a ver. Las palabras de Ashley Woodgrass no paraban de dar vueltas por su cabeza, cada palabra era como un pequeño alfiler que traspasaba sus sentimientos dejándola indefensa e insegura.
“Tal vez Ashley tenga razón, a lo mejor y nadie se fije en mi” pensó Estephy con los ojitos húmedos y una pequeña lagrima apunto de salir.
-Quítate, que no te das cuenta que te paraste justo en la entrada- le dijo una chica de séptimo.
Estephy solo la miro, con la manga de su blusa se seco una lágrima que colgaba en el borde de su ojo.
-perdón- dijo Estephy, con una voz que ni siquiera ella escucho con claridad. Se quito de la puerta y camino hacia su clase de español.